Saturday, February 05, 2011
Thursday, May 27, 2010
Daniel Hendler: "No pretendo convertirme en comediante"
Actor fetiche de las películas de Daniel Burman, desembarcó en la TV como protagonista de "Aquí no hay quien viva" (Telefé). Habla de los riesgos del cambio de pantalla y de su próxima paternidad.
Cuando estaba pensando en tener un año diferente... a Daniel Hendler todos los caminos lo llevaron al cambio. Por un lado, con Aquí no hay quien viva (Telefé, martes y jueves a las 22.15), acaba de debutar en el mundo de la televisión: es Román, el portero de un edificio donde el consorcio jamás se pone de acuerdo en nada.
Se diría, entonces, que él, que viene del cine, está empezando a andar el camino en el sentido inverso al que suelen transitar los actores. Y para eso, se está poniendo a tono con cosas básicas como tener una rutina, horarios que cumplir, y hasta ciertas dudas, ¿por qué no? Por otra parte, está cerca de convertirse en papá primerizo: con su mujer, la cineasta Ana Katz, esperan la llegada de su hija para dentro de poco. Y ese rol sí que no lo ensayó.
"Venía con ganas de animarme a hacer televisión y, a medida que pasaba el tiempo, el no haber transitado ese camino me pesaba cada vez más", asegura un amabilísimo Hendler, mientras desayuna -cuando las agujas del reloj pasaron el mediodía- en el bar de Teleinde, en Martínez.
¿Cómo preparaste tu personaje?
Con el director y productores charlamos de ir por un camino, pero acá, en los ensayos, empezaron a surgir otras cosas. Me parece que desde el primer capítulo hasta ahora surgieron nuevas vetas en los personajes, porque en los primeros episodios se presentaron, como corresponde. Y ahora recién arranca el juego.
¿Y en qué se modificará el tuyo?
Hay que verlo (ríe). En realidad, creo que todos serán "bichos mutantes". Y la locura común que tienen todos estos seres de consorcio la vamos encontrando entre todos, de a poco.
¿Qué te interesó de este proyecto para decidirte al cambio?
Yo no quería hacer cualquier cosa. Cuando llegó esta propuesta me pareció divertida y el elenco, buenísimo. Además, grabamos tres o cuatro veces por semana, cosa que me interesaba porque pronto voy a ser papá (prefiere no precisar la fecha del parto). Por ahora, veo que no todo es locura en la televisión. Y estoy experimentando tener horarios fijos.
¿Y te resultó tan grave?
Me está gustando, aunque capaz que me aburro más adelante. Pero, con estos cambios, me siento más adulto, más ordenado. Hasta disfruto de los fines de semana porque desde que terminé el secundario era todo lo mismo. Ojo, no es que yo no haya laburado, pero salvando las veces que fui ayudante de cátedra o titular de Arte Dramático en la Universidad Católica (de Montevideo, donde nació), tuve trabajos mas bien intensivos, con mucho de preparación y necesidad de tiempo posterior para sacarme el personaje.
Vos hiciste el camino inverso que la mayoría de los actores. ¿Traías prejuicios?
Sí, pero no todos los prejuicios son negativos. El oficio del actor es raro, porque no tiene nada que ver hacer cine, que teatro o televisión. Quería tener una experiencia y probar qué era esto. Y en eso estoy. De a poco me voy enterando de cómo funcionan algunas cosas, voy agarrando diferentes motores. En el cine, por ejemplo, tenés mucho tiempo para preparar un plano. En cambio acá, las cosas que aparecen en el momento hay que aprovecharlas, y para eso hay que tener apertura y flexibilidad. Estoy adquiriendo un entrenamiento que no tenía.
¿Y qué más creés que le puede aportar a tu carrera la tele? ¿Popularidad?
Sí, supongo que popularidad. Y también creo que va a desdibujar esa cosa que supone que si venís del cine tenés prestigio. Acá, no pretendo convertirme en un comediante, pero sí probar algo diferente, abrir la cancha. Veo cambios más internos: parte de hacer tele tiene que ver con tratar de perder el control de la "carrera", no saber qué va a pasar de acá a un tiempo, si me van a llamar más o menos para hacer cine (se ríe con ganas).
¿Cómo te pega el tema de la popularidad?
Hay una parte que me gusta, sin duda, porque, si no, no me dedicaría a actuar. Lo que pasa es que la popularidad que te llega no siempre es la que imaginabas: querés que te saluden cuando vos tenés ganas. Pero yo nunca sufrí eso, porque nunca pasé la línea de la popularidad masiva. Es difícil aprender que a mayor cariño hay mayor sombra. Es decir, no existe la popularidad ideal, hay que asumirlo, así como mucha gente te va a querer, también mucha gente te va a rechazar.
Pero a vos acá no te rechazaron, ¿hace cuánto ya que dejaste Montevideo para instalarte en Buenos Aires?
Yo me vine acá, en principio, por amor. Hasta que se hizo evidente que iba a tener que instalarme. De a poco, me asocié a un plan de salud y puse a mi nombre un par de facturas. Fue un proceso que se dio de a poquito. Pero no hace mucho que me empecé a sentir más cómodo. Lo que pasa es que la dificultad del cambio es real, yo al principio extrañaba e idealizaba todo. Hasta que de a poco empecé a disfrutar de vivir acá e ir allá una vez por mes.
¿Qué fue lo que más te costó?
El tamaño de Buenos Aires, el ruido, el aspecto selvático que tiene en algún sentido que, a la vez, te ayuda a valorar más lo íntimo. En Montevideo, entre otras diferencias, vivimos todos los amigos cerca y no se pide permiso para entrar en la casa del otro.
Falta poco para que lo llamen para grabar. Y a Hendler, la frase "ser papá" le vuelve a aparecer en la boca.
¿Cómo te preparás para ser papá?
(Se le ilumina la cara) Lo vivo intensamente. Los nueve meses son un período de preparación necesario. Al principio, quizás, querés estirarlo lo máximo posible para prepararte mejor, sin sospechar que nunca estás del todo preparado. Después, te empieza a agarrar la ansiedad de conocerla, que es lo que me está pasando ahora. Creo que no estoy tan nervioso (larga una risita... ¡nerviosa!). Se cumplió todo lo que mis amigos me dijeron que me iba a pasar. Me siento, sobre todo, feliz. Ana está muy bien, por suerte, y tuvo un embarazo bárbaro.
Y después, ¿vas a volver al cine?
Hay un proyecto dando vueltas, pero veremos qué tanto tiempo me queda con esto de la televisión para poder rodar y prepararme. Lo que te decía, tengo un lindo año por delante.
Wednesday, April 21, 2010
ABOUT DANIEL HENDLER:
Daniel Hendler was born in Montevideo (Uruguay) in 1976. He studied theatre with Carlos Aguilera, Roberto Fontana, Roberto Jones and Leo Maslíah, among others.
He founded the Acapara el 522 theatre company, with which he wrote and directed several plays, receiving the Morosoli Award for his work in Uruguayan theatre in 2000.
He has starred in different feature films, including 25 watts, by Juan Pablo Rebella and Pablo Stoll (Best Actor Award at the Buenos Aires Bafici in 2001), El fondo del mar, by Damián Szifron (Best Actor Award at Lleida Festival in 2004), Sábado, by Juan Villegas, El abrazo partido (Lost Embrace), by Daniel Burman (Silver Shell for Best Actor, Berlinale 2004), and Los paranoicos, by Gabriel Medina (Best Actor Award at the Lima Festival 2009).
His works as a feature film actor were programmed at the Rencontres Cinémas d’Amérique Latine de Toulouse 2004.
He has directed a series of short films, including Cuarto de hora, selected for the Cinemateca Uruguaya’s Espacio Uruguay, and co-directed with Arauco Hernández the short film Perro perdido, winner of a prize at the Clermont Ferrand (2002) and Huesca (2003) festivals.
He taught Performing Arts at the Universidad Católica de Uruguay as part of the Communications degree and has directed workshops organised by the Uruguayan Ministry of Education and Culture.
He recently starred in Jean-Luc Lagarce’s Apenas el fin del mundo, collaborated on the screenplay of Daniel Burman’s El nido vacío (Empty Nest), and co-starred in Cabeça a premio, with Marco Ricca.
In 2009 he made his first feature film as a screenwriter and director, Norberto apenas tarde, the screenplay for which obtained the Fundación Carolina Scholarship and the FONA 2007 Award. The film is currently in post-production and has been selected for Films in Progress at this year’s San Sebastian Festival.
Thursday, October 01, 2009
Sunday, May 03, 2009
"Cabeça a Prêmio" é baseado na obra homônima do escritor Marçal Aquino e conta a história da família Menezes. Os irmãos Mirão (Fúlvio Stefanini) e Abílio (Otávio Muller) são poderosos fazendeiros do centro-oeste. Quando a filha de Mirão, Eliane (Alice Braga), e Dênis (Daniel Hendler), piloto de avião da fazenda, têm um caso, a fa mília entra em crise. O casal foge e é perseguido pelos empregados da família, Brito (Eduardo Moscovis) e Albano (Cássio Gabus Mendes).
Ricca conta que um dos objetivos do filme é aprofundar o ser humano. "Então, pouco importa a sexualidade, o que a pessoa faz, a contravenção, o que a gente está mostrando é a dor da pessoa", diz ele.
Marco Ricca sobre o filme:
Filmei com Daniel Hendler e Cesar Trancoso (O Banheiro do Papa), porque, além de serem excelentes atores, são grandes amigos.
Wednesday, July 09, 2008
Daniel Hendler y Ana Katz son padres.
La hija de Daniel Hendler y Ana Katz, a quién llamaron Helena, debido a la gran admiración que siente la cineasta por "Helena de Troya" de la mitología griega, nació día 23/02/2008 al medio día.
Las fotos foram sacadas por mi el día 08/07/2008 en el Cinesesc en San Pablo después de la exibición de la 2ª película de Ana Katz "Una novia errante" en el 3º Festival de Cinema Latino-Americano de São Paulo.
Felicidades, salud, mucho amor y suceso para: Dani, Ana y la pequeña princesa "Helena". Los quiero mucho!!!!
Cuando estaba pensando en tener un año diferente… a Daniel Hendler todos los caminos lo llevaron al cambio. Por un lado, con Aquí no hay quien viva (Telefé, martes y jueves a las 22.15), acaba de debutar en el mundo de la televisión: es Román, el portero de un edificio donde el consorcio jamás se pone de acuerdo en nada.
Se diría, entonces, que él, que viene del cine, está empezando a andar el camino en el sentido inverso al que suelen transitar los actores. Y para eso, se está poniendo a tono con cosas básicas como tener una rutina, horarios que cumplir, y hasta ciertas dudas, ¿por qué no? Por otra parte, está cerca de convertirse en papá primerizo: con su mujer, la cineasta Ana Katz, esperan la llegada de su hija para dentro de poco. Y ese rol sí que no lo ensayó.
“Venía con ganas de animarme a hacer televisión y, a medida que pasaba el tiempo, el no haber transitado ese camino me pesaba cada vez más”, asegura un amabilísimo Hendler, mientras desayuna -cuando las agujas del reloj pasaron el mediodía- en el bar de Teleinde, en Martínez.
¿Cómo preparaste tu personaje?
Con el director y productores charlamos de ir por un camino, pero acá, en los ensayos, empezaron a surgir otras cosas. Me parece que desde el primer capítulo hasta ahora surgieron nuevas vetas en los personajes, porque en los primeros episodios se presentaron, como corresponde. Y ahora recién arranca el juego.
¿Y en qué se modificará el tuyo?
Hay que verlo (ríe). En realidad, creo que todos serán “bichos mutantes”. Y la locura común que tienen todos estos seres de consorcio la vamos encontrando entre todos, de a poco.
¿Qué te interesó de este proyecto para decidirte al cambio?
Yo no quería hacer cualquier cosa. Cuando llegó esta propuesta me pareció divertida y el elenco, buenísimo. Además, grabamos tres o cuatro veces por semana, cosa que me interesaba porque pronto voy a ser papá (prefiere no precisar la fecha del parto). Por ahora, veo que no todo es locura en la televisión. Y estoy experimentando tener horarios fijos.
¿Y te resultó tan grave?
Me está gustando, aunque capaz que me aburro más adelante. Pero, con estos cambios, me siento más adulto, más ordenado. Hasta disfruto de los fines de semana porque desde que terminé el secundario era todo lo mismo. Ojo, no es que yo no haya laburado, pero salvando las veces que fui ayudante de cátedra o titular de Arte Dramático en la Universidad Católica (de Montevideo, donde nació), tuve trabajos mas bien intensivos, con mucho de preparación y necesidad de tiempo posterior para sacarme el personaje.
Vos hiciste el camino inverso que la mayoría de los actores. ¿Traías prejuicios?
Sí, pero no todos los prejuicios son negativos. El oficio del actor es raro, porque no tiene nada que ver hacer cine, que teatro o televisión. Quería tener una experiencia y probar qué era esto. Y en eso estoy. De a poco me voy enterando de cómo funcionan algunas cosas, voy agarrando diferentes motores. En el cine, por ejemplo, tenés mucho tiempo para preparar un plano. En cambio acá, las cosas que aparecen en el momento hay que aprovecharlas, y para eso hay que tener apertura y flexibilidad. Estoy adquiriendo un entrenamiento que no tenía.
¿Y qué más creés que le puede aportar a tu carrera la tele? ¿Popularidad?
Sí, supongo que popularidad. Y también creo que va a desdibujar esa cosa que supone que si venís del cine tenés prestigio. Acá, no pretendo convertirme en un comediante, pero sí probar algo diferente, abrir la cancha. Veo cambios más internos: parte de hacer tele tiene que ver con tratar de perder el control de la “carrera”, no saber qué va a pasar de acá a un tiempo, si me van a llamar más o menos para hacer cine (se ríe con ganas).
¿Cómo te pega el tema de la popularidad?
Hay una parte que me gusta, sin duda, porque, si no, no me dedicaría a actuar. Lo que pasa es que la popularidad que te llega no siempre es la que imaginabas: querés que te saluden cuando vos tenés ganas. Pero yo nunca sufrí eso, porque nunca pasé la línea de la popularidad masiva. Es difícil aprender que a mayor cariño hay mayor sombra. Es decir, no existe la popularidad ideal, hay que asumirlo, así como mucha gente te va a querer, también mucha gente te va a rechazar.
Pero a vos acá no te rechazaron, ¿hace cuánto ya que dejaste Montevideo para instalarte en Buenos Aires?
Yo me vine acá, en principio, por amor. Hasta que se hizo evidente que iba a tener que instalarme. De a poco, me asocié a un plan de salud y puse a mi nombre un par de facturas. Fue un proceso que se dio de a poquito. Pero no hace mucho que me empecé a sentir más cómodo. Lo que pasa es que la dificultad del cambio es real, yo al principio extrañaba e idealizaba todo. Hasta que de a poco empecé a disfrutar de vivir acá e ir allá una vez por mes.
¿Qué fue lo que más te costó?
El tamaño de Buenos Aires, el ruido, el aspecto selvático que tiene en algún sentido que, a la vez, te ayuda a valorar más lo íntimo. En Montevideo, entre otras diferencias, vivimos todos los amigos cerca y no se pide permiso para entrar en la casa del otro.
Falta poco para que lo llamen para grabar. Y a Hendler, la frase “ser papá” le vuelve a aparecer en la boca.
¿Cómo te preparás para ser papá?
(Se le ilumina la cara) Lo vivo intensamente. Los nueve meses son un período de preparación necesario. Al principio, quizás, querés estirarlo lo máximo posible para prepararte mejor, sin sospechar que nunca estás del todo preparado. Después, te empieza a agarrar la ansiedad de conocerla, que es lo que me está pasando ahora. Creo que no estoy tan nervioso (larga una risita… ¡nerviosa!). Se cumplió todo lo que mis amigos me dijeron que me iba a pasar. Me siento, sobre todo, feliz. Ana está muy bien, por suerte, y tuvo un embarazo bárbaro.
Y después, ¿vas a volver al cine?
Hay un proyecto dando vueltas, pero veremos qué tanto tiempo me queda con esto de la televisión para poder rodar y prepararme. Lo que te decía, tengo un lindo año por delante.
(Clarin.com)
Aquí no hay quién viva - Telefe
La nueva comedia semanal, que arrancará en enero, narra la historia de un grupo de vecinos que conviven en un edificio. Daniel Hendler es el encargado; Roberto Carnaghi, su padre; e integran el elenco, entre otros, Julieta Ortega, Eduardo Blanco y Jorgelina Aruzzi.
El mundo condensado en tres pisos. Quien viva o haya vivido alguna vez en un edificio sabe de qué se trata la convivencia entre vecinos que deben compartir más de lo que quisieran. Ese es el eje de la nueva comedia que Telefé estrenará en la primera quincena de enero, en el prime time, con un título que lo dice todo: Aquí no hay quien viva. El unitario, que será semanal, es una producción de Telefé Contenidos sobre un formato original de Antena 3. Protagonizada por Daniel Hendler, Roberto Carnaghi, Julieta Ortega, Mariano Torre, Eduardo Blanco, Jorge Suárez, Silvina Bosco, Gerardo Chendo, Mabel Pessen, Jorgelina Aruzzi, Paula Morales, Lidia Catalano, Héctor Díaz, Debora Warren, Norma Pons a los que se suman los jóvenes Nahuel Pérez Biscayart, Agustina Córdova, Franco Rau y Ezequiel Castaño, la trama coral se paseará por cada una de las historias haciendo foco en una por capítulo.
En los estudios de Martínez donde están montados cada uno de los seis departamentos que habitarán los personajes, y la discreta pero coqueta fachada del edificio, el clima se parece al de un consorcio, aunque, por ahora, es más distendido y simpático. Mientras unos llegan para grabar su parte, otros se van; los cruces de horarios son infinitos, salvo en los momentos en que el guión exige que los casi 20 heterogéneos personajes coincidan en un palier. “En esos momentos se arman situaciones de verdadera comedia de enredos”, dice Julieta Ortega, que personifica a Lucía, una arquitecta recién mudada al edificio con su pareja (Mariano Torre) que descubrirá una galería de personajes absurdos. “A medida que Lucía y su novio conocen a sus nuevos vecinos, también los va conociendo el espectador. De a poco se van metiendo en el loquero, porque los guiones están adaptados exagerando hacia el grotesco algunos rasgos de los personajes originales”, cuenta Julieta, que incursionará por primera vez en este tipo de género.”Lo último que hice fue El tiempo no para y un capítulo de Mujeres asesinas. El cambio es fuerte y tengo ganas de ver cómo funciono en este formato”, asume. La chica que le toca componer, profesional y moderna, no entiende cómo algunos de sus vecinos no quieren mejorar el edificio en el que viven. “En mi vida privada no suelo ir a las reuniones de consorcio, porque se la pasan gritando cosas ridículas. Pero parece que es algo inevitable de toda convivencia entre gente diferente y con intereses distintos”. Julieta, como casi todo el resto del elenco, está feliz con el formato semanal del ciclo. “Así puedo estar más tiempo con mi hijo Benito, que tiene dos años”.
Cuando la actriz termina su toma del día, llega Daniel Hendler, peinado a la gomina, con pantalón y camisa color arena, según indica el reglamento de su personaje: Román Bobadilla. “A le gusta hacerse llamar encargado, no portero. Es la mano derecha del presidente del consorcio, Juan Cuesta, que interpreta Eduardo Blanco, y básicamente podría definirlo como un tipo muy hábil para trabajar poco”, describe a su criatura con gesto relajado. “No tiene espíritu muy competitivo y le gusta buscar atajos para ahorrar su propia energía. La verdad es que recién lo estoy conociendo y supongo que, con los autores, a medida que avancen los capítulos, le iremos agregando otras cositas, más mías”, asegura. Hendler viene básicamente del cine, y aunque hizo participaciones en Epitafios, Sin código y Mujeres asesinas, éste es su debut como comediante de televisión.
“Me gusta hacer esta comedia, no me resulta traumático el cambio de medio. Es la primera vez que estoy abocado de lleno a una comedia de enredos y el hecho de que todo el elenco tenga procedencia diversa me hace sentir que no soy sapo de otro pozo”, dice, divertido con el personaje al que le pone el cuerpo. “Román es un atorrante, más allá de su profesión. La trama es híper coral y colorida y los enredos están muy bien explotados por los guionistas, que aprovechan estas diferencias entre nosotros para sumar y enriquecer la historia, en la que se van a cruzar todos con todos”.
La nueva comedia se graba íntegramente en estudios -incluso la fachada del edificio es parte del decorado exterior- y los libros están estructurados de tal manera que rematan en un chiste, por eso los actores tienen que respetar la letra a rajatabla.
Un personaje muy particular es el que encarna Roberto Carnaghi. El es Hipólito, el padre del portero. “Es un tipo que lo vive al hijo y le usurpa el lugar donde vive, que es muy reducido. Se dedica a vender libros que nunca leyó, todo el tiempo, a todo el mundo y sobre cualquier tema; es un auténtico buscavidas”, cuenta el actor desde Mar del Plata, donde estará haciendo teatro durante el verano. Para darle el colorido justo a Hipólito, a Carnaghi se le ocurrió adosarle un peluquín. “El tipo cree que así es más elegante, a pesar de que se viste con equipos de gimnasia y no combina nada con nada. Me divierte mucho hacer este personaje que no se parece en absoluto a lo que vengo haciendo últimamente en televisión, como el Lisandro de Montecristo o el mafioso de El capo“.
El mosaico de personajes funciona a modo de muestrario social. “Hay muchos típicos porteños viviendo en el edificio y creo que mucha gente se puede identificar con alguno de ellos -reflexiona Carnaghi-. Creo que con el humor también se puede hacer crítica. Aunque el formato original es español, tenemos que hacerlo nuestro como pasó con otras sitcom”.
(Clarin.com)
Comenzaron las grabaciones de “Aquí no hay quien viva”
Telefe Contenidos arrancó con las grabaciones de las primeras escenas de Aquí no hay quien viva, la nueva comedia unitaria basada en un exitoso formato de la señal española Antena 3.
Una de las primeras secuencias se grabó en el videoclub de la planta baja del edificio en el que transcurrirán las historias del programa.
Allí, Román, el portero (Daniel Hendler), y Lucas (Nahuel Perez Bizcayart) se cruzaron con Alan (Héctor Díaz) y Gaby (Gerardo Chendo), la pareja gay que vive en el 1º “B”.
También participaron en la primera jornadas de grabación Mariano Torre y Julieta Ortega. Los actores encarnarán a Lucía y Federico, una pareja que se muda al edificio para ocupar la unidad del 3° “A”.
Otro que fue de la partida fue Roberto Carnaghi, quien, en su rol de Hipólito, quiso venderles un libro a los recién llegados.
Telefe informó que Aquí no hay quien viva -cuyo elenco se completará con Jorgelina Aruzzi, Eduardo Blanco, Norma Pons y Agustina Córdova- estará en el aire “próximamente”, aunque no se indicó si su debut se producirá antes de fin de año o durante enero.
(Reporter)
Luciano, junto a su amigo Sherman (Martin Feldman), recibe la visita de Manuel (Walter Jacob), quien vive en España y triunfa haciendo lo mismo en lo que el fracasó: guiones. Manuel es el escritor de una exitosa serie de TV llamada "Los Paranoicos" y llega de visita junto a su novia, Sofía (Jazmín Stuart), la cual se pelea con la madre de Manuel cuando el se va 2 días por trabajo a Chile y se hospeda en la casa de Luciano, comenzando un juego de seducción entre ambos en el que no faltará ni la marihuana ni el alcohol para hacer todo un poco mas desestructurado, teniendo en cuenta lo difícil que le resulta a Luciano relacionarse con las personas, siendo una persona muy cerrada, sin mucho diálogo y sin mucho para ofrecerle a una chica como Sofia.
por Alejandro D. Trobbiani
Saberse solo, inseguro. Casi sin rumbo, aunque con una rutina y algunos sueños que no terminan de madurar. Así está Luciano Gauna (Daniel Hendler), durmiendo en un departamento prestado, perseguido por el fantasma de gravísimas enfermedades, disfrazándose de muñeco para animar fiestas infantiles, y reescribiendo eternamente el guión de su futura primera película. Este Gauna parece traer ciertos aires de otros Hendler: aquel de Esperando al Mesías, pero sobre todo recuerda al Ezequiel Toledo de El fondo del Mar. Tal vez podamos pensar en un “estilo Hendler” para ciertos personajes; o quizá se pueda creer en la existencia de un espíritu de época, generacional, que en el cine argentino actual tiende a la construcción de protagonistas en tono de perdedores. En esta línea se inscribe, sin dudas, esta comedia con la que Gabriel Medina se estrena en el largometraje. Gauna hace lo que puede con su vida y en eso llega de visita Manuel, un “amigo” de España, que sí triunfó como guionista gracias a la serie Los Paranoicos y un personaje inspirado en nuestro protagonista. Con Manuel llega también su novia, Sofía, y entre Gauna y ella comienza un juego de seducción, con las particularidades de un tipo cerrado en sí mismo, pero listo a explotar y arrojar botellas en las puertas de un supermercado chino o a desatarse en un baile genial. La historia crece de menor a mayor, apoyada en un guión convincente, excelente música, y las (casi todas) buenas actuaciones.
Friday, February 29, 2008
El canal Telefe de la televisión argentina informó hoy en un comunicado que el elenco del programa también estará conformado por Eduardo Blanco, Roberto Carnaghi, Jorgelina Aruzzi, Julieta Ortega, Norma Pons, Agustina Córdova, Mariano Torre y Nahuel Perez Bizcayart, entre otros.
"Aquí no hay quien viva" es una comedia que narra la difícil pero divertida convivencia en un edificio de apartamentos entre un heterogéneo grupo de personajes, de diferentes estratos sociales, con distintas personalidades e intereses, y que nunca logran ponerse de acuerdo, ni siquiera para definir cómo se llama el barrio en el que viven.
Daniel Hendler durante el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), Canadá, el pasado 13 de septiembre.12/11/07 - Fama